jueves, 18 de febrero de 2010

Giro práctico 3

El jardín en movimiento de Gilles Clement 

El jardín en movimiento se inspira en el erial o las zonas abandonadas, es decir, espacios de vida dejados al libre desarrollo de las especies que se instala en él. En este tipo de espacios la vegetación es libre y puede
expresarse sin limitaciones. Esto no ocurre en un jardín contenido donde todo se desarrolla en torno al uso de energías negativas. La posición del jardinero en el jardín en movimiento consistirá en realizar el máximo a favor y el mínimo el contra de esa libre y espontánea expresividad de la naturaleza.

Como todo espacio animado por seres vivos (plantas, animales, humanos…), el jardín en movimiento está sometido a la evolución resultante de su interacción en el tiempo. En este modelo la labor del jardinero consiste en cuestionarse que tipo de relación va a establecer ante esta interacción de formas de vida, siendo el objetivo mantener la diversidad biológica. Para esta labor es necesario:

1. Mantener y mejorar la calidad biológica de los sustratos: agua, tierra y aire

2. Intervenir con la mayor economía de medios, limitando las acciones agresivas, como es el caso excesivo de máquinas o el uso irracional del agua.

Este estado del espíritu conlleva a que el jardinero se dedique más a observar que a actuar. Se preocupará de conocer mejor las especies y sus comportamientos cara a explotar al máximo sus capacidades naturales sin depender excesivamente de las energías negativas.

Sobre esta dinámica de gestión, una de las manifestaciones más singulares del jardín en movimiento viene del desplazamiento físico de especies sobre el terreno. Este desplazamiento se da sobre todo entre las plantas anuales y bisanuales que una vez finalizado el ciclo desaparecen dejando las semillas para perpetuarse. Por tanto, para reaparecer, esta semillas germinarán allí donde se den las condiciones de una tierra labrada de forma intencionada o accidental.

Se parte de una zona donde se corta la hierba y se deja en otras zonas sin segar. Donde no se ha segado las hierbas prosperan, florecen y dan semillas. Esas semillas germinan en otras zonas del prado, y el jardinero del jardín en movimiento las identifica desde que germinan realizando una decisión de segarlas o no. En esta decisión del jardinero se logra crear nuevas islas que no corresponden con las de la decisión inicial, por lo que el jardín ha sufrido un cambio, un movimiento: el jardín en movimiento. La forma y diseño del jardín
ha cambiado y está totalmente confiado a las decisiones del jardinero. Se trata de en una teoría que promueva un diseño derivado de un modelo de gestión. En vez de preconcebir una idea concreta, según se exprese la naturaleza vamos decidiendo la forma que irá adquiriendo el jardín y cada año será diferente.

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